La amputación del Miembro Superior, a cualquier nivel, repercute de forma decisiva en todos los aspectos de la vida de la persona afectada por la nueva situación en la mayoría de los casos inesperada, provocando graves repercusiones funcionales, estéticas, psicológicas y socio-laborales, especialmente si esta pérdida ocurre en edades tempranas o medias de la vida, como sucede en el caso de las amputaciones traumáticas.
La finalidad principal de las prótesis de miembro superior es restaurar la funcionalidad perdida por causa de la amputación o de una malformación congénita, también no es menos importante recuperar la imagen física, la simetría corporal, gracias a la prótesis y su peso, sobre todo en los niveles proximales, reinstaurándose aunque sea parcialmente el centro de gravedad corporal ,lo que evita estrategias automáticas de compensación que generan actitudes posturales anómalas que podrían provocar escoliosis o tortícolis, especialmente cuando se trata de niños.
La mano humana no solamente tiene funciones para desarrollar actividades laborales, recreativas y de comunicación, sino que además está dotada de sensibilidad térmica y presora que explican su multitud de funciones, interviniendo prácticamente en la totalidad de las actividades diarias lo que explica que, a pesar del considerable progreso técnico experimentado en este campo, sea actualmente imposible compensar todas las funciones del miembro perdido.